CUSCO VIVE

Es interesante como a raíz de un desastre natural y gran tragedia social para muchos pobladores del departamento del Cusco, se abra un debate sobre el “uso turístico” del patrimonio arqueológico.
Desde mi punto de vista nuestro patrimonio se debe orientar primero a la educación de los propios cusqueños, aprehender de nuestro pasado para ser mejores en el futuro, es “anecdótico” saber que muchos cusqueños no conocen Machupicchu, nunca han visto un cuadro de Diego Quispe Tito no saben porque es tan valioso el templo de Checacupe, no creo que ni el 10% haya viajado a la Reserva del Manu o haya surcado el camino Salkantay – Camino Inka – Machupicchu.
Nuestros antepasados fueron unos maestros en la arquitectura, toda su tecnología se ha ido perdiendo en el tiempo, nuestros paisanos ahora hacen sus casas con pircas, calamina y plástico.
Hay muchas razones para que esto suceda, pero la principal creo yo, es la de considerar el patrimonio cultural-natural básicamente como fuente de ingresos a través del dinero que pagan los turistas.
Otra razón importante son los costos que demanda conocer tu propia a tierra, alla por los 80s ir a camino inca solo implicaba tener una carpa y mucho ánimo, hoy hacer la ruta esta en promedio US$500 precio fuera del alcance de la mayoría, la ruta de “trekking” más famosa en América esta en Cusco, pero está dirigida a los extranjeros que deben contratar un agencia de viajes y no tiene tarifa diferenciada para los cusqueños, el INC da tarifas promocionales para colegios, pero… que hay del ciudadano de a pie; así como se publican las tarifas para extranjeros se debería publicar las tarifas o promociones para cusqueños (por ejemplo que los domingos no se paga en Machupicchu)
“Cusco para los cusqueños” debe ser un movimiento que todos debiéramos seguir, es irónico sentirse foráneo en tu propia tierra.
El turismo en si no es el problema, ni los turistas nuestros enemigos, el asunto es cómo manejarlo, desde años atrás hay una corriente que se llama “turismo responsable”, el cual básicamente busca que los beneficios de esta actividad se queden en la zona, como se logra esto: Contratando agencias locales, con guías locales, comprando las artesanías a los mismos que la producen, almorzando en pequeños restaurantes o mercados, hospedándose en casas albergue y haciendo “turismo” vivencial.